En Latam generalmente tenemos una cultura poco disciplinada en muchos sentidos y eso tiene muchas causas históricas que a lo largo del tiempo han dado como resultado que cada quien quiera hacer lo que quiera o lo que crea conveniente en cada situación. Esto no tiene nada de positivo en franquicias ni en ningún área de la vida, tenemos que volvernos disciplinados conscientemente porque no es un rasgo que traigamos heredando, así que hay que hacerlo consiente y constante porque la disciplina es el común denominador de todos los grandes logros, incluyendo los negocios y las franquicias. Particularmente en las franquicias tenemos que adaptar esa forma de ver las cosas, ya sea que estemos del lado del franquiciante o del lado del franquiciatario, en ambos casos se requiere mucho disciplina y seguir las reglas “by the book”. En este articulo te voy a ejemplificar desde ambas perspectivas, por que es importante ser rígidos en las franquicias para evitar resultados que no deseamos en nuestros proyectos.
Desde la perspectiva del franquiciante
Lo que se está creando cuando se inicia un modelo de franquicia, es como si fuera un pequeño gobierno que regirá a todas las franquicias y todas las unidades de negocio de la marca, sí, indistintamente si son franquicias o unidades propias. Este pequeño gobierno dictará todo aquello que tenga que ser y lo que no tenga que ser y para que todo marche bien, no debería de haber distinciones o exenciones entre una unidad y otra, porque eso ante los ojos de un gobierno podría ser catalogado como una injusticia y seguramente habrán reclamos e inconformidades por las partes que no tengan esa excepción.
Pensemos por un momento que a una franquiciataria se le aprueba incorporar al catálogo de productos una variedad de tés orgánicos traídos directamente desde China porque sus clientes se lo piden. Lo probamos y sus venas empiezan a subir mucho, la iniciativa es un éxito. No tardará mucho otra franquiciataria en enterarse del hecho y seguramente propondrá meter una verdad de chocolates dulces, amargos y semi-amargos traídos directamente desde Suiza, tanto si se lo aprobamos como si no se lo aprobamos estaríamos mal.
Si se lo aprobamos empezaríamos a dejar al puerta abierta para que las franquiciatarias número 3, 4 y 5 empiecen a proponer iniciativas y el modelo de negocios de volvería un caos operativo y nada estandarizado. Si no se lo aprobamos, con justa razón nos cuestionaría el por qué no aprobárselo si a la franquiciataria número 1 si se le dio autorización. Es por este tipo de situaciones que las reglas no se deben romper ni conceder excepciones, ya que se vuelve un proyecto ingobernable en el que, como dijimos al principio, cada quien quiere hacer lo que quiera.
“Seamos los primeros en promover el hecho de ser disciplinados en esto que estamos haciendo, ya sea que estemos como franquiciantes o como franquiciatarios”
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